lunes, 28 de mayo de 2012


El valor de las “voces en off” [1]

Todo hombre trae consigo una cualidad congénita: la de la comunicación. Esta capacidad de comunicación, que portamos todos los seres humanos en mayor o menor medida, nos define como un ser relacional. Necesitamos de los otros para desarrollar nuestras capacidades; para ampliar nuestra necesidad de relacionarnos; para abrirnos a las riquezas de nuestros semejantes. “No hay nada más humano que la comunicación”, profesa el autor mendocino Daniel Prieto Castillo. Y luego propone una definición de comunicación que nos interesa valorizar para este escrito: “Comunicar es proyectarse hacia más allá de nosotros mismos; llegar hacia donde otros seres se comunican”. (D. Prieto Castillo; 1996) Vale decir que esa propiedad intrínseca de todo ser busca conversar con el otro. ¿Con qué fin? Para pasarla bien; para disfrutar del aprendizaje, de la música, de las palabras, del hablar por hablar, del teatro, etc.
Este planteo filosófico-humanista creemos poder trasladarlo al campo profesional del periodismo. La esencia que desborda a un periodista es su afán de interpelar y contagiar a los demás. Un periodista se apropia de ciertas habilidades comunicativas, luego persigue ideas y códigos, y finalmente sale a “jugar a la mancha”; va tras lectores y autores para entre-armar discursos junto a quienes considera sus destinatarios.
Este escenario ideal tiene su contracara cuando aparecen limitantes para el ejercicio de la libre expresión. Diversos factores políticos y/o económicos acaecidos en el devenir de los siglos (tiranías, neoliberalismo, globalización, censuras…) suelen empujar las ideas libres hacia una encerrona; ya sea apropiándose de su significado para convertirlas en ideas mainstream o acopiándolas para luego levantar una inmensa hoguera. Sin embargo, cualquiera sean los condicionantes es posible seguir ejerciendo la comunicación. ¿Dónde? Allí en los intersticios. En esas grietas de inconformismo que abren los regímenes totalitarios y los dictados de los gurúes del marketing.  
Aquello que los mass media (funcionales al sistema) callan o ignoran transita por caminos alternativos. Muchas veces se piensa que lo alternativo es cualquier opción pero no es así. Es alternativo todo lo que se encuentra en tensión con la estructura dominante, contradiciéndola, oponiéndose, o simplemente planteando una postura diferente. Lo alternativo viene de “alterar”, cambiar o subvertir lo que ya existe. Se puede ser alternativo desde el CONTENIDO, cuando un mensaje se presenta como novedoso, distinto a lo existente en ese rubro o género; o alternativo desde la ESTRUCTURA cuando la financiación de ese medio no sigue los carriles habituales de la comunicación.
Salir de lo obvio y asfixiante se convirtió en un lema generacional en los años 60/70 del Siglo XX: “Hazlo tu mismo”. Una ideología que trató de cuestionar y transgredir lo establecido por las modas, las manipulaciones mediáticas y el consumo. Este pensamiento individual y libre permitió la proliferaron de fanzines; unas  publicaciones “caseras” de carácter contestatario que versaban sobre problemas sociales, políticos y culturales.  Por esos papeles auto-gestados se escurrió la historia no oficial y se demandaron los cambios.
El tiempo pasa, nos vamos poniendo tecnos”, cantan Luca Prodan y A. Calamaro, apoyándose y a penas transfigurando la letra original de Pablo Milanés. Éstos músicos, advierten en ese entonces (1987) sobre el progreso de la tecnología aunque las cualidades humanas persisten. Y la comunicación, insistimos, es una de ellas. En épocas actuales la mediación tecnológica marca una nueva identidad comunicativa donde reinan la interactividad, lo multimedial y el  hipertexto.  Lejos ser un mandato, la tecnología es una herramienta. Creer que la tecnología tiene “autoridad” sobre la sociedad y que los hombres marchamos detrás de ella es una falacia. Más bien, el futuro lo proyectamos en base al desarrollo tecnológico. (Eric Torrico; 2004)
La web es un espacio para aprovechar, para convocar, para movilizar, para generar contactos. En fin la web, es un espacio para alcanzar al otro; para salir del auto-encierro. “Librado a mi mismo yo me entiendo  demasiado rápidamente, doy vueltas en mi propio mundo. Un hombre solo está siempre en mala compañía. Es necesario que el mundo de los otros, revuelva el mío para levantarme por encima del miserable montón de mis pequeñas certezas”. (Daniel Bougnoux; 1995)
Si la prensa tradicional quedó atada de manos cuando se impusieron los intereses de las casas editoriales; el Periodismo 2.0 puede ser el vehículo para testificar el presente desde la orilla. Este instrumento, nos parece, será plausible si tiene base ideológica. Si se esgrime un periodismo comprometido en la edificación de los lazos de una comunidad. En este sentido coincidimos con Daniel Ulanovsky que apuesta por una nueva forma de comunicar: el “periodismo de autor”.  Para el comunicador y escritor, un periodista así concebido debe trabajar tanto la información como la forma de comunicar. Forma y contenido marchan por andamiajes que se trastocan y dan una impronta más subjetiva y vivencial a la tarea periodística. Una experiencia que vaya desde lo micro a lo macro y no al revés. (Daniel Ulanovsky; 2006)
Así, el “autor” tiene en la web la oportunidad de echar anclas para desentrañar el presente y fraguar el futuro. Pero siendo consciente que ese incesante tejemaneje no se agota en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. La palabra, la música, el arte fluyen constantemente y se apropian de los medios convenientes y/o existentes en cada época.
Aún hoy, es posible vanagloriarse con algunas publicaciones en papel que circulan sin intermediarios, ni estructuras complejas de producción, y que utilizan la web como trampolín para extender las ideas. Producir desde la extra-escena es el subterfugio que nos interesa revisitar y redimir. Apostar por esa realidad que se desarrolla y existe fuera del campo de visión que legitiman los medios; apostar por esa pluralidad de “voces en off” que se cuelan intrépidas, camufladas o desafiantes en medio de cualquier escenario; en fin, apostar por la comunicación entendida como acto de creación que busca instituir desde la  libertad y la originalidad; y que, además, sirve para analizar lo que nos intentan comunicar las demás personas.    
Por: Maximiliano Neila

Bibliografía:
BOUGNOUX, Daniel. La comunication contre l`information. Hachette. París. 1995.
PRIETO CASTILLO, Daniel. Palabras e imágenes para la comunicación impresa. Quito, O.C.L.A.C.C. 1996.
TORRICO, Eric.  Designaciones sobre la sociedad tecnologizada: las visiones predominantes y su crítica. Revista de Economía Política de las Tecnologías de la Información y Comunicación. Vol. VI n 1. Enero-Abril de 2004. www.eptic.com.br
ULANOVSKY, Daniel. Generar lazos sociales a partir de la experiencia: el aporte del periodismo de autor. VII Congreso Nacional sobre Democracia. Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales. Universidad Nacional de Rosario. 2006.



[1]  Voz en off: La Real Academia Española define esta acepción originaria del teatro, el cine y la tv como: “Dicho especialmente de una voz o de cualquier otro sonido que no procede de los personajes presentes en escena o en la pantalla”. Creemos poder hacer una traslación del sentido original de esta construcción lingüística hacia otro sentido; en este caso, relacionado con prácticas comunicativas poco visibles pero que construyen sentidos en forma paralela o, mejor aún, sesgada.




1 comentario:

  1. Utopía si las hay, la de generar una conversación permanente, un ida y vuelta que permita comunicarnos libremente por estos intersticios de la web, o por los tantos intersticios que nos ofrece el mundo. Ante tan poca información repetida hasta el cansancio, es digno celebrar este blog para que se "revuelvan nuestros mundos" y nuestras miradas hacia él.

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