miércoles, 9 de mayo de 2012

Por un Periodismo Crítico


Reconociendo y asumiendo nuestra realidad podemos desarrollar un periodismo de artes y espectáculos que nos enriquezca en temas culturales, para poder construir juicios y  una mirada sobre la realidad de manera crítica.
Parecería ser que se confunde la palabra espectáculo, porque al hablar de ella se piensa que entra toda la gama de los géneros más superfluos como lo son los reality shows, las telenovelas, entre otros. Esto se debe a que los medios de comunicación de masas le dan una importancia preponderante a los espectáculos más banales, y sus críticas por ende siempre son favorecedoras debido al “ranking” por ejemplo, estadística con peso elevado porque indica quienes y cuántos siguen tal espectáculo.
Y sí, quiero ser optimista y pensar que con la cantidad de herramientas comunicacionales que contamos se puede hacer algo, porque lo que se tiene que poner en duda es la utilidad que se le da a cada herramienta y las condiciones que tienen que tener en cuenta los profesionales en periodismo para que se de un Periodismo de calidad, donde reine la libertad de expresión y por ende la infinitud de miradas sobre un mismo tema.
Siguiendo a Barbero “en estos momentos ya no podemos dejar de reconocer que estamos insertos en el mercado mundial. El modo como hemos sido insertos en el mercado mundial. El modo como hemos sido incluídos-excluídos a nuestra peculiaridad, es la manera como históricamente se han producido nuestras políticas, nuestras instituciones. Esto ya es algo inalterable y no podemos echarnos atrás o refugiarnos en un sitio que no haya sido tocado o penetrado. Aunque nos pese y por más rabia que nos de, estamos en este espacio mundial de esta manera, y eso constituye ya parte de nuestro ser y de nuestro hacer. El problema ya no es decir si nos integramos o no, sino cómo hacemos para integrarnos de una manera que no nos destruya, pero sí que nos transforme”.[1]
Entonces tenemos que pensar qué es lo que podemos ofrecer, y la respuesta está en que tenemos que ser abiertos a la hora de generar conocimiento, y nuestras conclusiones tienen que dejar abierto el espacio para reflexionar y pensar para que cada uno asuma la posición que desee sin imposiciones, porque al fin de cuentas, vivimos en un país democrático donde podemos acceder gratuitamente a la red y plasmar nuestros conocimientos, como nos ofrece Internet. Existen actualmente grupos sociales que hacen un uso útil de los escenarios mediáticos para reclamar, influir y posicionarse en diferentes aspectos de la vida social. Fomentando estas actividades se logrará que nosotros decidamos nuestro propio destino, sin influencia externa y sin presiones internas, dando a conocer y asumir así nuestra propia identidad latinoamericana de poder pensarnos por nosotros mismos y aceptando las diferentes miradas sobre un mismo hecho. Porque al fin y al cabo la realidad es múltiple y el objeto de estudio tiene que abordarse interdisciplinariamente, dejando atrás el reduccionismo, el pensamiento único y la admiración a los otros, porque nosotros tenemos nuestra propia cultura, nuestra propia identidad que es demasiado rica y valiosa como para que la transformen en mera copia.
El periodista debe reconocer, investigar sobre el tema a tratar interdisplinariamente y amar lo que hace porque si no ama no profundiza. Y sin profundización no hay conocimiento. Y termino esta breve reflexión parafraseando a Bachelard en cuanto expresa que el conocimiento se estanca en las respuestas y que todo conocimiento evoluciona con las preguntas; así es como debe terminar el trabajo del periodista de artes y espectáculos, invitándonos a la reflexión y ofreciéndonos las herramientas  necesarias para poder construir nuestra propia opinión sobre un determinado tema. La posibilidad de elegir existe así que tenemos que ser críticos al elegirlas y ofrecerlas. El Periodismo es un servicio y como todo servicio mientras más completo, más calidad y mejor atención que ofrezca, más radiante estará el público, la sociedad y ellos mismos.
 Por Amina Bittar

[1] Martín Barbero, Jesús, Pretextos: conversaciones sobre la comunicación y sus contextos, Cali, Universidad del Valle, 1995, pp. 18.

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